Desperté a medianoche, sin saber en dónde me encontraba o si los recuerdos en mi cabeza eran reales. El sudor frío recorría todo mi cuerpo, el palpitar de mi corazón era lo único que se escuchaba en toda la habitación.
No estaba en mi cama, aunque el lugar no me resultaba nada desconocido. Probablemente, la incomodidad del sofá fue la que provocó mi mal sueño. Sin embargo, no podía dejar de pensar en las escenas, especialmente en la ventana que aparecía frente a mí, de la nada, y que me mostraba algo terrible.
Caminé hacia el estudio y encendí el monitor de la computadora; las imágenes se revelaban con lentitud.
Mi pesadilla se hizo realidad... la descarga había fallado.
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Hace 4 años.
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